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Una escort vip revela todo lo que la gente quiere saber sobre la profesión.

Desde las prácticas más extrañas de los clientes hasta aspectos corrientes como cuánto dinero se gana. Una trabajadora sexual responde a todo tipo de preguntas sobre su ocupación



“El comentario más común que suelen hacer sobre mi apariencia física es que soy hermosa. Tengo aspecto de “vecina de al lado”. [No soy una modelo de esas que te dejan con la boca abierta, pero soy guapa, tengo un buen cuerpo y una piel suave]. Esta es la descripción que hace de sí misma la escort venezolana que se oculta bajo el pseudónimo de 'NicoleZulia', una chica de 20 años que ha decidido publicar un hilo en Reddit (con un tremendo éxito) para resolver las dudas de todos aquellos que desean conocer los entresijos de su profesión.

Cuenta esta joven que se inició en el oficio entrando a sus 19, cuando empezó a trabajar para un servicio de alto ‘standing’ de la ciudad de Maracaibo. En su tiempo en el sector, ‘Nicole Zulia’ señala que sufrió un colapso que le mantuvo alejada durante meses, pero que después de volver a ejercer ha decidido no mirar atrás e innovar su estrategia.

“Pregunta lo que queráis”, propone la joven. “¿Cuánto cobras por las respuestas?” le dispara uno de los usuarios. “Estas son gratis, cariño. Así que esfuérzate al máximo”.


Los secretos del negocio

¿Cuáles son las mayores inquietudes de la gente respecto a una profesión como la de escort? La sorpresa es mayúscula: nada distinto respecto a lo que se le preguntaría a cualquier otro trabajador: ¿cuántas horas haces?, ¿cuánto ganas?, ¿cómo vas al trabajo?…

La Zuliana desvela los precios de sus servicios: “$100 dólares la primera hora (entre 350 mil y 400 mil pesos colombianos), los servicios express, es decir en el carro del cliente, ideal para quienes no disponen de mucho tiempo o para los que buscan la adrenalina del sexo publico, varia alrededor de los 50$”. Como en todos los negocios existen estrategias para optimizar las ganancias, algunas son clásicas: “Quiero animar a mis clientes a reservarme por más de tres servicios”. También hay argucias menos legítimas: “Cuanto más borracho esté un cliente, más tiempo se quedará y más ganarán tanto el hotel como la trabajadora”. Además del alcohol, no quedan tampoco excluidas otras drogas más duras: “Cuanta más fumen, más tiempo permanecerán. Es como si no pudieran quedarse solos hasta que la hierba abandone su cuerpo”.

Los clientes tienen profesiones de cuello blanco, de entre 40 y 50 años y de raza caucásica. Suelen ser educados y generosos.

No pueden faltar tampoco las quejas por lo que se refiere a la dureza de la profesión; “Los clientes que dan más que hacer son aquellos incapaces de mantener una erección si tienen un condón puesto. Cuando eso ocurre, me imagino pasando la siguiente hora hasta que mi brazo acabe entumecido, resultado del esfuerzo que requiere un trabajo manual tan vigoroso”.


Mis servicios van dirigidos a personas muy solventes, por lo general empresarios y algunos políticos (con sus excepciones), pero como la realidad de Venezuela es muy diferente a otros países y mi decisión fue permanecer aquí , he tenido que ajustarme a la condición de mis clientes hasta cierto punto, por ejemplo hay clientes que tienen negocios y me han ofrecido productos de sus empresas; teléfonos, electrodomésticos, entre otros, todo es a convenir si me sirve pues he aceptado con mucho gusto.


Como mis tarifas son superiores con relación a otras chicas escort con la intención precisamente de que no cualquier persona tenga acceso a mis servicios. Mantengo una agenda algo apretada entre mis estudios, mi vida personal y un trabajo como voluntaria en una fundación amiga. También me mantengo en contacto con mi ginecóloga y mi sexólogo, ya que mi estilo de vida no es por necesidad realmente, fue una decisión que tiene mucho que ver con rutinas, aprendizajes, experiencias, pero sin el dinero de por medio no me interesaría ver a nadie mas que a mi pareja actual.

El calendario laboral no parece muy distinto al de cualquier autónomo, existiendo etapas con más o menos trabajo condicionadas por los vaivenes de la temporada: “Del 23 de diciembre hasta el 21 de enero de 2020 no tuve ninguna petición, es normalmente la época más tranquila. De repente la cosa subió de manera asombrosa y tuve entre dos y tres reservas a la semana, ganando un buen promedio. El pasado mes de octubre no tuve casi ninguna reserva. Es totalmente impredecible”.

La escort dice haber mantenido relaciones más de veces de las que puede recordar, pero con muy pocos, siendo el más anciano un hombre de 60 años. Dice: soy la tentación de muchos y el pecado de pocos.

¿Cómo se desplaza una escort cuando tiene que realizar sus servicios? “Normalmente mis clientes pasan por mí y en muy pocas veces agarro un taxi”. Algunos usuarios se muestran especialmente interesados ante el mito de los trabajadores nocturnos, como los taxistas, y si estos solicitan un servicio por una carrera, en vez del pago en dinero. La joven desmiente la leyenda: "Mi experiencia con los taxistas tiene que ver con la discriminación y con los estigmas. Si señalo algo puntual acerca de lo que hago, de repente es como si estuviera delante de un tribunal de la Santa Inquisición Venezolana, con el consiguiente cuestionario de por qué vendo mi cuerpo y todo ese rollo”.

El perfil de los clientes

Ocupación, clase social, estado civil… ¿qué tipo de varones conforman la clientela de una escort de lujo? “Principalmente son hombres con profesiones de cuello blanco, de raza caucásica o tez blanca, afroamericana, y asiática, de entre 40 y 50 años, pero también hay un grupo de jóvenes entre 25 y 35. Me complace que sea así, este tipo de hombres suelen ser educados y verdaderamente generosos”, confiesa ‘Nicole Zulia’, quien revela que cuando se trata de hombres casados es normal que los encuentros ocurran a primera hora de la mañana, entre las 7 y las 8, otros en otras de la tarde a la hora de salir del trabajo o ir al gimnasio.

Un secreto del negocio: siempre tenemos orgasmos con los clientes con sobrepeso, si estamos arriba, claro

La escort dice haber mantenido relaciones más veces de las que puede recordar, pero no con tantos hombres, sus clientes normalmente son frecuentes. Entre la gente famosa no faltan los jugadores de uno de los deportes más populares de Venezuela y políticos. Entre sus clientes preferidos se encuentran: “aquellos que son moderadamente atractivos (teniendo en cuenta su edad y sus circunstancias), que hacen bromas, son amables y respetuosos y no requieren demasiado trabajo”.

¿Qué lleva, sin embargo, a estas personas a solicitar sus servicios?, ¿cuáles son las prácticas más extrañas que piden? “Cuando residía en Mérida tenía una escalera de caracol el hotel que frecuentaba. Un cliente solía sentarse en la parte de abajo y se masturbaba mientras subía y bajaba los peldaños. Era un fetichista de las faldas”.

Los deseos masculinos no parecen, con todo, ser distintos a los de otras épocas: “No hay cambios por lo que se refiere a las preferencias sexuales de la gente. Es solo que cada vez se habla de forma más abierta sobre esto. A mí, por ejemplo, cuando me acostaba con mi pareja y practicaba el BDSM, me encantaba, pero me daba mucha vergüenza aceptarlo. No sé si es cuestión de edad o si es porque hoy se conversa sin tapujos, pero ya no me preocupa cuánto me gusta el bdsm. Dicho lo cual, prefiero todavía las relaciones fuertes sin llegar a violencia claro está, para eso existen palabras claves para detenerse”.

Salí una vez con un cliente. Clase error. Como regla, no salgo con clientes, aunque no puedo decir que no me sienta tentada.

Por muy elevadas que sean las tarifas, no todo está permitido. Los límites también existen: “He recibido llamadas de teléfono de hombres que pedían interpretar juegos de rol en los que entrara el factor del incesto, pero siempre las rechazo. No me siento capaz de meterme en estos papeles. Tengo herman@s, aunque estoy abierta a muchas otras experiencias fetiches y las he disfrutado tanto o igual que el cliente”.

¿Existen los orgasmos con los clientes? “Un secreto del negocio: siempre nos venimos con los clientes con sobrepeso, si es que estamos encima, claro. No sé por qué poner en marcha la picadora sobre esa almohada hace que te sientas tan bien”.

El día a día de una escort

No todo es trabajo en la vida de estas mujeres. No obstante, se suele pensar que semejante ocupación debe de condicionar sobremanera la vida privada y afectiva.

“Tengo un 90% de matches en Twitter” confiesa ‘Nicole Zulia’, que como muchas otras mujeres utilizan esta app para citas y marketing para llegar a gente nueva, no me preocupo por conocer personas sentimentalmente ya que tengo mi pareja estable. ¿Interfiere el trabajo en su vida sentimental? “He salido una vez con un cliente. Clase error. Era una maníaca en aquella época. Lo dejé porque siempre estaba cancelando planes en el último minuto por temas de celos, siempre ocultando algo importante. Como regla general no salgo con clientes. No puedo decir tampoco que no me haya sentido tentada desde aquella debacle, pero no será algo que se repita”.

La familia, lógicamente, no queda tampoco de lado: “No podía más y confesé a mi pareja sobre mi estilo de vida. Solo él sabe que he vuelto a la profesión”.

Con todo, ‘Nicole Zulia’ ve esta profesión como una ocupación temporal: “Planeo mi retirada dentro de muy poco, cuando me dedicare a culminar mis estudios y atender al 100% a mi familia”. Eso sí, a pesar de no tener pelos en la lengua para hablar sobre el lado más oculto de su trabajo, no todos los aspectos privados pueden ser desvelados y guarda para sí a qué dedica su vida académica.








@NicoleZulia


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